Con la llegada del verano llegan largos días de sol, viajes a la playa, una subida de las temperaturas y, con ellas, el incesante deseo de mantener nuestras casas frescas. Por lo general, pensamos que nuestro intento de mantener a raya el calor puede resultar en un incremento significativo en nuestras facturas de luz. Pero, ¿qué pasaría si te dijéramos que puedes disfrutar del verano sin tener que preocuparte por tu factura de luz?
En Podo, queremos contarte cómo puedes disfrutar de un verano cómodo sin que ello suponga un golpe a tu bolsillo. Por eso, en este artículo te contamos una serie de consejos prácticos para que puedas reducir el consumo de energía en tu hogar durante los meses con temperaturas más altas.
Resumen:
¿Cómo es el consumo de la luz en verano?
De acuerdo con los datos extraídos de la página web de la Red Eléctrica de España, en los últimos años, el consumo de electricidad ha aumentado en torno al 4 % durante los meses de verano con respecto a los meses de invierno.
Y, es que, el verano trae consigo una paradoja energética: mientras hay más horas de luz solar y, por tanto, podemos disminuir nuestro uso de iluminación artificial, el intenso calor nos lleva a depender, en gran medida, de los sistemas de aire acondicionado para mantenernos frescos.
Eso puede llegar a suponer un coste significativo en términos de consumo energético, ya que, tal y como indican los últimos datos del IDAE, la demanda de energía de un hogar promedio puede aumentar hasta cerca de los 300 kWh adicionales.
Es evidente que mantener nuestras casas frescas en verano es esencial para nuestro confort. No obstante, es importante tener en cuenta estas cifras y buscar formas de optimizar nuestro consumo energético durante estos meses para evitar un incremento en nuestras facturas de luz.
En Podo, creemos firmemente que con pequeños ajustes y comportamientos conscientes, podemos disfrutar de un verano cómodo y fresco sin que ello suponga un impacto significativo en nuestra economía.
Consejos para ahorrar en casa este verano
Reducir el consumo eléctrico de tu hogar durante el verano puede ser una tarea fácil si se adoptan buenos hábitos para el día a día. Con pequeños ajustes en tus hábitos cotidianos, puedes lograr un ahorro significativo en tu factura de la luz, incluso en los meses más calurosos.
Desde Podo, fomentamos que el ahorro energético y la comodidad pueden ir de la mano, y que no es necesario alterar drásticamente tu rutina para disfrutar de un hogar más eficiente y sostenible. Por eso te traemos una serie de buenas prácticas que te ayudarán a conseguirlo:
- Gradúa correctamente la climatización de tu hogar. Recuerda que no es necesario poner el aire acondicionado a una temperatura más baja de 24 grados centígrados. El contraste con el exterior puede ser nocivo para la salud, así que se recomienda esa temperatura para evitar resfriados en verano. Además, por cada grado que disminuyes la temperatura, por demandar más potencia tu factura puede aumentar notablemente.
- Aísla bien tu hogar. Uno de los motivos por el que se producen excesos en el consumo de energía puede ser el mal aislamiento de la vivienda. Para mejorar el aislamiento, puedes instalar ventanas con doble cristal, colocar burletes en ventanas y puertas, y evitar con una cortinas que entre sol directo en las habitaciones Esto te ayudará en la refrigeración de la vivienda. Según el Ministerio para la transición ecológica y el reto demográfico puedes llegar a ahorrar hasta un 20% anual en los gastos de refrigeración con un hogar bien aislado.
- Aprovecha la ventilación cruzada. Durante las horas en las que el sol no está en su punto más alto, es decir, a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, puedes aprovechar para dejar que el aire corra por tu casa, generando corrientes que refresquen tu hogar, renueven el aire y te ayuden a bajar la temperatura.
- Para optimizar el uso del aire acondicionado o el ventilador, no necesitas enfriar todas las habitaciones de tu hogar simultáneamente. En su lugar, enfócate en refrescar selectivamente las áreas que realmente estás utilizando. Al hacer esto, puedes evitar un gasto innecesario de energía simplemente cerrando puertas y ventanas en las habitaciones no utilizadas. Además, una vez que una habitación alcance una temperatura cómoda o ya no esté en uso, recuerda apagar el aire acondicionado o el ventilador para maximizar aún más tu ahorro energético.
- La potencia importa. Lo primero que tienes que tener en cuenta es la potencia eléctrica contratada, ya que la cuantía de pago varía según los kW, cuanto mayor sea, mayor será su coste. La potencia se establece en el momento de dar de alta la luz. Esta potencia aumenta en función de la cantidad de aparatos eléctricos conectados en la red de nuestra vivienda. Para ello, es necesario calcular de antemano el término fijo necesario para la vivienda, es decir, la potencia adecuada para el consumo del hogar. Una revisión, y la posterior reducción de la potencia, puede suponer un ahorro importante en la parte fija de la factura.
- Desenchufa los aparatos que no utilices, no basta con dejarlos en ‘standby’. En nuestros hogares son muchos los aparatos que, aunque pensamos que estan apagados, siguen consumiendo una mínima parte a través de determinados indicadores. Este es el ejemplo de la luz roja de apagado en los televisores. El hecho de que estén conectados a la red eléctrica hace que sigan consumiendo energía.
- Compra electrodomésticos con eficiencia energética. Cuando reemplazamos un electrodoméstico, normalmente solemos fijarnos en el precio, la potencia y la durabilidad, pero es importante que también tengamos en cuenta su consumo eléctrico. Cada vez son más los electrodomésticos clasificados bajo las etiquetas A o B, es decir, más eficientes. Este tipo de electrodomésticos, aunque más caros, puede llegar a suponer un ahorro del 40% en el consumo del mismo, por lo que la rentabilidad a largo plazo es mayor.
- Apuesta por luces LED. Las bombillas LED, a diferencia de las incandescentes, no contienen filamentos internos susceptibles de quemarse y, por tanto, generan menos calor. Además, su eficiencia energética es superior, ya que minimizan la pérdida de energía en forma de calor. Por lo tanto, su uso no solo contribuye a mantener fresco el hogar, sino que también reduce el consumo energético.
- Considera el uso de alternativas al aire acondicionado para reducir la temperatura. Un ventilador, por ejemplo, consume hasta un 90% menos de energía y puede lograr una disminución de hasta 5 grados en la temperatura ambiente gracias a la circulación del aire. Los ventiladores de techo son especialmente eficientes en este sentido.
El verano no tiene por qué ser sinónimo de un aumento en nuestras facturas de energía. Con la implementación de algunos hábitos y la adopción de estrategias eficientes, es posible disfrutar de un hogar fresco y cómodo sin sacrificar nuestra economía.
Desde Podo, nos esforzamos para ofrecerte alternativas que te permitan ahorrar en tu factura de luz y que, además, te ayuden a contribuir a mantener un mundo más sostenible. Porque un verano más verde y económico es, sin duda, una elección que está en nuestras manos.
